Hay noches que solo necesito un abrazo eterno, de kilómetros de duración.
De miedo disipado, lágrimas a medias y labios empapados de 'te quiero'.
Cuando eso pasa, es cuando más sola estoy dentro del colchón.
Y ahora solo tengo ganas de arrancar toda la distancia
para que me recorras la espalda despacio
y poder dormir tranquila.
Contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario