viernes, 7 de febrero de 2014

Hay noches que solo necesito un abrazo eterno, de kilómetros de duración.
De miedo disipado, lágrimas a medias y labios empapados de 'te quiero'.
Cuando eso pasa, es cuando más sola estoy dentro del colchón.
Y ahora solo tengo ganas de arrancar toda la distancia
para que me recorras la espalda despacio
y poder dormir tranquila.


Contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario