domingo, 29 de enero de 2012

Que ya morí en vida mi amor, que ya no me complico.

Las cosas claras, el chocolate espeso y tu lengua en mi boca.


He decidido volver a romper tabúes, dejar fluir todo tipo de sentimientos que vomite mi cuerpo.
Bueno, malos, horribles... Da igual, todos.


Gritar tanto que se me desgarren las cuerdas vocales, mirarte hasta que mis retinas se desgasten.


Me estoy dando cuenta de que lo que escribo es cada vez más incoherente, nada tiene sentido.


No tiene sentido que rondes mi cabeza las veinticuatro horas del día, y no tiene nada de lógica verte y no besarte.
No pretendo enamorarme y mucho menos enamorarte. Pretendo ser feliz con una persona como tú.
Me transmites eso que llaman "paz interior", eso que nunca me habían transmitido.


Es tan placentero como mirar al infinito del mundo. Tan relajante como tener tu olor cerca.












Algún día te darás cuenta y espero que no sea demasiado tarde.

jueves, 26 de enero de 2012

Esa sensación...

que me envuelve en tus ojos y me hace soñar con tu boca.

No me acordaba lo que era sentir esas mariposas revoloteando por todas tus venas, esos nervios al ver que te acercas y me miras.

Eres esa persona que me deja helada con una sola palabra, la que hace que ni siquiera sepa si tiene sentido esto que estoy escribiendo.

La casualidad de coincidir en esa noche de música, entre aquellos gritos de Bon Jovi y mucho humo.
Te introdujiste en mi vida sin sentido, de repente, y ahora has conseguido que mi miedo acumulado fluya...
Has echo que se diluya.

Ojalá vuelva ese miedo, transformado en un "no quiero perderte nunca, princesa" mientras me besas bajo la nieve.


He de decir que eres la única persona que ha conseguido dejarme sin palabras al escribir.






¿Casualidad? Yo creo que no.

viernes, 20 de enero de 2012

Luces de lluvia.

La gente piensa que vive más si dejan que la lluvia les recorra la cara en la primera tormenta de primavera.
Yo sin embargo, pienso que las luces de la noche me hacen la vida más corta y más intensa.

Y mientras me agarro de tu pelo me cercioro de que cada palabra que sobreexcita mi mente es por el hecho de que formas parte de mí.
Frente con frente, miro tus ojos y penetro tu mente hasta hacerte estremecer con un cálido escalofrío.
Pero eso no es suficiente para que puedas creer lo que está pasando.

Estamos en la primera tormenta de primavera, como todos aquellos ilusos que pretender ser felices con un poco de agua en la cara.
Sólo que tu y yo somos diferentes.
Estamos desnudos, sobre el césped de tu casa y con la piel a cuarenta grados de placer.

La noche, las luces de esta y la lluvia primaveral.


- Se feliz, porque esta noche somos inmortales.



 


martes, 17 de enero de 2012

No estoy hecha para recordarte.

Y cada día me cercioro más.
Tampoco tengo mucho que escribir, creo que sabes más de lo que jamás podría decirte.

Hoy hace un año que tu vida cambió radicalmente, tanto para bien como para mal.
La mía sigue cambiado, girando y transformándose en metal.

Frío, duro pero moldeable metal.

Sigues intentado sobrevivir, disfrutando de los pequeños placeres que ella te aporta y disimulando.
A veces me pregunto que hubiese sido de mi si jamás nos hubiéramos encontrado ese 17 de septiembre en las vías del tren.
¿Qué hubiese pasado si aquel frío y nublado 17 de enero no me hubieses besado a escondidas del sol?
¿Y si esos baños destartalados de color rojo hubiesen hablado de nuestro amor secreto?


Son preguntas autodestructivas, y me juré a mi misma no volver a llorar por este pasado.
Pero días como hoy es inevitable pensar.






Y ahora, miranos. Reímos, fumamos, lloramos.
Todo por dos caminos distintos, destinados a no encontrarse nunca más.

Puedo asegurarte que eres el beso que jamás olvidaré, el olor que siempre estará impregnado en mi.
Pero como ya sabes, saben y se, esto se acabó hace mucho tiempo.


Pero en alguna parte de ti, y alguna de mi, siempre quedarán:

Calcetines, canciones, colonias, conciertos, ganas, gatos, sábanas, palabras, lágrimas, decepciones, alegrías, noches, perros, LM, LS, incienso, cámaras, hermanos, luces, oscuridad, césped, gente de más, películas, cuñadas, guitarras desafinadas, besos con lágrimas, dolor, duchas, pelo mojado, caricias, orgasmos, sonrisas, locuras.





Pero sobre todo, siempre quedaremos tu y yo, un 17 y una historia de vidas totalmente distintas unidas por una locura.