martes, 31 de mayo de 2011

Celosías y demás.

He amado hasta llegar a la locura, y eso que llaman locura, para mí, es la única forma sensata de amar.


Despertar un día cualquiera, por ejemplo, un lunes frío de enero.
Y sin saberlo, empezar a caer en una espiral llamada "amor".



Y llegar un momento en no saber diferenciar en que mundo estas.

No saber si amas, odias, o qué sientes.



El momento en el que has cambiado la cordura por unos labios, unas caderas y un precioso pelo negro.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Empezemos...

Todo sigue cambiando.

Las nubes, el cielo y los árboles cambian cada día, mínimamente quizás, pero cambian.


Es hora de convertirme en árbol y, una vez deshojada como estoy, tratar de que vuelvan a crecer ramas y hojas sobre mi tronco, más fuertes que la última vez y con una resistencia increíble.







¿Sabes? Hoy he dado un pequeño gran paso. Hoy he vuelto a contar con una persona que creía haber perdido, y ella, como siempre, está para decirme verdades y ayudarme. No tengo que decir tu nombre, porque tú sabes perfectamente quién eres. Te quiero.




Poco a poco se irán ordenando los nudos que invaden mi cabeza, mientras tanto,




Bye bye world...

lunes, 23 de mayo de 2011

Is time to change.

Es el momento de cambiar, de enmendar mis errores.
De reconocer derrotas y afrontar realidades.
Es el momento de que todo fluya sin más, sin darle vueltas a las cosas.
Momento de pensar en el daño que puedo hacer sólo con palabras y evitarlo a toda costa.


La sutileza de un simple "sí" puede ser el caos de una cabeza inestable.

He decidido cambiar. He decidido no estar más a sí.




Quiero ponerle un rumbo a mi vida, y voy a luchar por ello.


He vuelto a la realidad, después de un mar de tenebrosas mentiras, miedos, daño y frío.

Y ahora, solo me queda luchar por recuperar lo que he perdido.





Y volver a ser yo.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Nueva era.

Aún siento escalofríos bajo mi piel cuando recuerdo tu voz.
Todo ha cambiado, inevitablemente.

 Son noches frías... Me he acostumbrado al calor de tu piel y tu olor.

Amanece y mis ojos no detectan luz alguna en mi pequeña habitación, sólo sienten el sonido del despertado susurrando tu nombre poco a poco: "Me enrroscaré, después me iré curvando como un muelle"
Poco a poco mi cuerpo se habitúa al movimiento de los músculos y se incorpora, todavia sin saber para qué lo hace.
Me aproximo a la cocina, abro la nevera y la vuelvo a cerrar, ya que el frío que contiene ha congelado las pequeñas lágrimas que desprendían mis ojos.
Una pequeña visita al baño, sólo para cercionar que realmente estoy viva y no sueño que lo estoy. 
Al mirarme al espejo descubro a una chica, pero no la reconozco. Tiene los ojos caidos y tristes, y la mirada perdida. Sus labios secos revelan que lleva tiempo sin que su boca trage nada más que lágrimas.

¿Quién eres?

¿Por qué no me dejas verme en el espejo?

No entiendo porque esa chica no deja que mi reflejo bañe el espejo, y se pone delante de mi todo el rato.
Con el miedo entre los dedos, rozo el frío cristal y descubro la verdad: Esa chica soy yo.

¿Qué me ha pasado?

¿Por qué estoy a sí?

Pero mi cabeza tiene clara la respuesta, y mi cuerpo está asimilandola.





Ella se ha ido, y mi cordura la acompaña.