lunes, 29 de julio de 2013

Night time.

A ver cómo le planto yo cara al sol
si desde que vi tus ojos
los míos han perdido el sentido
para encontrar el camino
cuando recorren tu espalda.

Que quizás, escribir ya no sea un vicio
y hacerte feliz sea mi prioridad.

O solamente haya encontrado la excepción
que confirma la rotura de las reglas sobre el amor.

Pero la vida es mi puta
y los kilómetros queman
en noches como esta
que no puedo hacer nada más
que buscarte en mi cama
dormida
para besarte hasta el alma.

miércoles, 24 de julio de 2013

La más bonita.

Sucedió,
quién sabe por qué.
Me quedé,
sabéis por quién.


Ella
de la que tanto hablan los poemas.
La que tiembla cada vez que araño su espalda,
la que coloniza el hueco de mi cuello.

Ella
todo lo que buscaba en bocas de otras,
lo que no encontraba en las bragas de alguna  loca.


Ella,
lo que esconde,
lo que la compone,
la que me ha enseñado a desprestigiar la luna.

Ella
sin dudas.
Sin miedos ni peros,
solo una pega.


Eres ella.
No necesito etiquetas, 
ni cenas caras por nuestro aniversario,
ni si quiera un regalo cada vez que sea día cuatro.

Solo pido que te quedes, 
tanto si llueven pianos como si truenan violonchelos.

No tengo mucho que ofrecer,
quizás mis costuras mal remendadas sean suficientes.


Aún quiero regalarte más noches eternas.
De esas en las que la hora nos pilla gimiendonos al oído
o viendo como me miras los labios mientras fumo.

Vuelvo a entender todas esas canciones que hablan de amor absurdo,
aun que sabes que soy más de amores temporeros.
Has hecho que todo eso se quede en la basura
y solo quiera 
tu boca 
mordiéndome como ninguna.


Me estoy dando cuenta
de que voy camino de cometer un suicidio
con sonrisas como puñales,
o lo que es lo mismo

volver a enamorarme.

(sí, lo he dicho.)

                                                                                                -Y no veas cómo acojona, cariño-

miércoles, 3 de julio de 2013

Hasta el techo.

Cuando el dolor se queda cogiendo polvo en una esquina, 
y sientes las sonrisas estallar a cualquier hora del día al recordar su nombre.

Ahora entiendes otra vez todas esas absurdas canciones que hablan de amor y distancia, 
de camas separadas y besos en las estaciones.

Y crees que las noches eternas solo lo son cuando no está,
porque a su lado,
las horas son segundos.

Ves a gente de la mano por la calle y solo buscas la suya a tu lado
aún a sabiendas
de que no está
y quedan semanas para verla.

Te das cuenta de que,
por fin,
sí compensa esperar semanas llenas de ojalás.

Lleva días borracha de sus ojos,
sin ganas de nada.
Solo de ella
y de su boca.

Puede que no encuentre más motivación que su voz,
a oscuras,
o con más calor del habitual.

Los veranos solían pesarle en la espalda
y llevaba varias vértebras rotas.
Hasta que sus manos le arañaron
hasta el alma.


Ahora quién es capaz de no quererla.




lunes, 1 de julio de 2013

Encuentro eterno.

Una vestía ojeras tras esas gafas negras, 
ella pululaba por la estación sin saber que la miraba.

Se fundieron en temblores,
y entre las manos 
palpitaban las ganas.

La sombra de aquel banco decidió jugar,
mirar
y sentir el primer beso de aquellas desconocidas.

Respiraban incendios, 
se miraban fijamente
y callaban.

Se callaban la una a la otra.


No buscaban sentido, 
tampoco lo necesitaban.

Hicieron del jardín, 
un vestido nuevo.
Remendaron sus costuras con los dedos.

No recuerdo bien cuántas veces mezclaron sus labios, 
solo sé que no podían dejar de hacerlo.

Se despidieron como si jamás se volviesen a ver,
les volvían a temblar las manos
y solo pedían un poco más de tiempo.
Segundos, quizás.



Se encontraron,
las casualidades sucedieron.