martes, 1 de octubre de 2013

Oh, quédate.

Eh, pequeña.
Las noches lejos de tu olor me recuerdan a que el infierno siempre está presente.
(Como tú en mi vida.)
Los secretos que guardan las sábanas tienen hueco aún para más gemidos animales.
Pero, el miedo está lejos
(muy lejos)
desde que tus manos se imantaron a mi espalda,
casi sin querer.
Queriéndonos a drede.
Hacía tiempo que ser feliz se me antojaba un invento más de este mundo.
Y llegaste tú,
con tu sonrisa a medias
y esos ojos multicolor.

Tuve que caer en ti, 
volví a creer que las casualidades existen y que tú, 
me haces tener el corazón más rojo que nunca. 
Si estoy en una ilusión, 
quiero seguir viviendo en ella.

Muriendo en cada estación de autobuses
donde empieza la distancia real entre las dos 
y renaciendo minutos después al recordar ese
'te quiero'
antes de volver a besarnos. 

Octubre ha empezado y quizás, sea el más bonito desde que empecé a escribir. 

Por ti, 
por nosotras.

(Porque sea cierto el jamás.)

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