domingo, 15 de septiembre de 2013

Puro éxtasis.

Muerde. Traga. Explosión.
Las manos se durmieron, las pupilas se iban dilatando poco a poco.
Quieta. No.
Era imposible tenerme sentada más de dos minutos.
Bebe. Traga. Revolución.
Excitación.
Jamás había estado así, era una sensación de placer mezclada con euforia.
Si el paraíso existe, debe tener ese sabor.


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