No sé cuántos cigarros llevo,
ni cuántas lunas desde que estás en mi vida.
Pero tampoco me asusta esta dependencia innata
que tu cuerpo ha causado en mí.
Y no hablemos de inspiración nocturna,
ni camas sin sábanas.
Podemos quedarnos insomnes,
buscando la canción perfecta que describa la felicidad.
Que te describa a ti.
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