miércoles, 29 de mayo de 2013

Vértigo en tus rodillas.

Tengo tantas ganas de perderme
mientras te agarro la nuca
que quizás, llegue a encontrarme
al mirarte a los ojos.

O puede, simplemente
que no quiera volver a la misma rutina
que me clava cada tarde
un puñal entre las costillas.


Que no digo que seas tú
ni sea yo
y mucho menos 
seamos nosotras
pero tienes una voz que consigue erizarme entera.

No quiero imaginarme lo que serían tus susurros a oscuras
o la marca de mis sábanas en tu cara cuando salga el sol.
Pero, podrías ser mi nueva tentación
ya que la antigua a resultado ser igual que todas;
sin sentido.


Y cierro la boca ya
porque no vas a besarme
todavía
y se me están cansando las manos
de creer que las tuyas
están bajando por vientre
más fuerte y más dentro.

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