domingo, 7 de abril de 2013

Ante la duda, tú.

Entra y cierra.
Muy bien, pequeña.

Ahora, ábrete.
Sí, como aquella noche.
El imán rasga el metal de la espalda con simples arañazos.
(sin uñas y con ganas)

Ahora, mírate.
Llena de miedos.
Y observa cómo te los muerdo y arranco.
(sin piedad)

Estás desnuda.
Sin dudas.
Qué bonita eres así, joder.
No puedo dejar de bañarte con mis pupilas.



Todo queda aquí,
en un folio sin líneas ni sentido.
En un tú y yo sin salida.
(El "nosotras" lo guardo para cuando vuelva a dormir en tu espalda)


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