viernes, 7 de diciembre de 2012

Nombre propio.

Sí, ella.
Tú.
La de las manos frías calentado mi cuello.
Ya era hora de presentarte en mi cabeza como un 'quizás'.

Te abres paso por mi pecho, lento. Pero constante. Me arañas palabras. 

Una musa difusa, un espectro al que puedo tocar y saborear. Eres tú.

A lo mejor esto te asusta, ese es mi principal miedo. 
Quiero quitarte las dudas. 

Hace poco te dediqué unas cuantas letras, ahora unas poquitas más.
Quiero saciarte de mi alma.

Y cómo hacerlo si generalmente me dejas muda.
Me cuesta pero sigo.

Te suelo buscar, ¿sabes? Por mis rincones oscuros, por mis labios secos.

No se por qué, no se qué hacer.


Pero ahora solo te pido una cosa,














quédate.


No hay comentarios:

Publicar un comentario