viernes, 6 de septiembre de 2013

Sácame a gemir.

Enredas,
como si fuese el pelo 
que tienes al despertar cada mañana.
Giras,
como si pudiésemos salir 
de la espiral
sin orgasmos.
Tiras,
y nos vuelves a rescatar.

El efecto peonza te precede
y conmigo estás jugando a dar vueltas
con la cuerda.
(aún pudiendo darlas en tu cama)

Llegará un día en que no quede más
y a ver qué haces.
Quizás muerdas,
o arañes.

Haz lo que tengas que hacerme, 
pero ya.
Que me quedan dos cigarros
y la prisa aprieta cuando miento.

Sobretodo, 
cuando te mento a ti.

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