martes, 4 de diciembre de 2012

Me quemo.

Más de una noche así, incendiando las sábanas con gemidos.

Y tus manos recorren cada átomo de mi piel, 
mi lengua recorre cada uno de tus ángulos.

Ven, que todavía puedo arder más.

Empieza por la boca, muerde y arranca complejos. Sus caderas se balancean al son de mis latidos.

Primer gemido.


Sigue. Los labios mojados y los dedos jugando a humedécerlos más. Los huesos imantados en la misma piel.

Otra vez.

Vamos a ver cuánto somos capaces de sudar. Araña fuerte esta espalda.

Desgarrando amaneceres con orgasmos. No, no pares.


La música sigue sonando al compás de nuestras manos. Bañándonos en un placer exquisito.



Todo es sexo, al fin y al cabo. Pero no, no acabes.
Todavía hay saliva en mi boca, no lo permitas. Sécame hasta el último rincón.


Y ahora fumémonos cada puto grito de éxtasis que hemos tenido.





Abrázame y duerme conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario