miércoles, 4 de abril de 2012

Pisando asfalto.

El pasado se escapó por la puerta de atrás y sólo nos quedó un cenicero lleno de sueños quemados.
Y las preguntas revolotean en forma de mariposas escarchadas por aquella habitación verde que nos hizo soñar.


¡Pobres sueños sin sentido! Gritabas. 
¡Pobre felicidad sin dueño!  Respondía.


Humo de colores, incienso de sabores, ombligos juguetones.


-No puedo más contigo, con tu infelicidad acumulada y esa lucha continua contigo misma.
-Si no me quieres así, dejame de una vez, pero no juegues.


Luego chillas, gritas, lloras, piensas.




Luego dejas de un lado ese pasado, y avanzas a un futuro olvidando el presente.






Y ahora sonríes sin ella, sin colores, sin sabores.
Sin sentido, pero con el corazón.

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