El frío nos persigue por cada esquina, buscando el calor de nuestras manos.
Siento tu mirada más cerca cada día, cada noche, en cada sueño.
Me estoy acostumbrando a tenerte en mi cabeza cada segundo, como hace años.
Soñarte con los ojos abiertos y besarte con los ojos cerrados.
Esos labios suaves que acarician los mios disimuladamente, intentandome rozar tu lengua con la mía.
Amanecer a tu lado es lo único que me queda para cerciorar la perfección de tu persona.
Ver como abres los ojitos y bostezas, sonriendo.
La claridad de la luz que entrará por la ventana ese día me ayudará a creer que de verdad existes, que eres tú.
Mil lunas enteras por darte,
mil palabras al día regalarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario