lunes, 21 de noviembre de 2011

Equivocaciones varias y su sonrisa.

La echo de menos, mucho.
Últimamente más de lo habitual.
Este odio frustrado que lanzo sobre su persona, no es más que una tapadera.
Debería odiarla.
Pero en realidad, ella no tiene la culpa.


Su dulzura a la hora de mirar, la sonrisa tonta, esos ojos...
Llámame ilusa, porque lo soy.


No tengo nada con ella, y se que si todo sigue por este camino de piedras y escombros, va a seguir siendo a sí.


Pero ahora, invades mis sueños continuamente.
Te veo, te siento muy dentro de mi, tan profundamente...


Y luego despierto, miro al otro lado de mi cama y no estás.
Y nunca has estado...


Siempre te recordaré como algo efímero e intenso.


Fue todo demasiado rápido y con demasiada mierda encima.


Me equivoqué, te hice mal. Y ahora lo estoy pagando.


Quiero abrazarte... Ni te imaginas cómo echo de menos tu olor.


Ojalá puedas perdonarme algún día, y vuelvas a mis brazos.
















Odio decir esto, pero... te necesito como a nadie.

alcacomian

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