miércoles, 21 de agosto de 2013

Cobardía en exceso.

Cómo lo hago.
Y qué.
No.

Las manos no responden y quizás sea demasiado pronto para irme a dormir.
Juego.
Nunca creí que iba a perder tanto entre esos hielos rojos.

Qué ha pasado.

Sí, es mi culpa.
Ella lo sabe, 
aunque lo oculte tras lágrimas en una almohada cualquiera de Francia.

Los actos bajo los efectos del calor.
Por qué.

Consumo el error entre palabras que solo son eso,
letras.
(como las del final del cigarro que necesito ahora mismo)

Pequeña, 
lo siento.

No los actos, 
sabes que jamás me arrepiento.

Esos ojos que tanto me miran, 
ahora están irritados.
Cerrados.

Porque las consecuencias me han pillado desnuda de ti,
y oscura de pensamiento.

Prometí consumarnos y no consumirnos,
pero deja que esta situación
se queme
y las cenizas vuelen lejos.



Vuelve, 
que ahora yo me encargo 
de que volvamos a ser
seres únicos.




(Mi valentía a la izquierda,
como tú en mi cama.)

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