¿Quién, cuándo y cómo?
Tú, ahora, muy dentro.
Pregúntale al aire o al agua.
Esa sonrisa torcida, sí.
Echar de más, de menos.
Procesarnos en formato html.
Si no tú, si no yo.
Nosotras no nos. ¿Qué?
El cuello frío y con esa intención.
Clava tus colmillos.
Las dudas y las ruinas.
Unidas y un par de manos calientes.
Contaba cuentos que ardían,
De insomnios fingidos y mentiras.
Y sé que los adverbios se acaban.
El tiempo gira y, joder, no se para.
Pero, ¿sabes? son costuras.
Y deberías aprender braille.
Las lunas se esconden y la comida sigue pudriéndose en un rincón.
Tranquila, tú no tienes fecha de caducidad.
Un trozo de mar seco en la esquina de mi ventana.
¿La sal? Cristalizada, frágil, a punto de estallar.
Vuelven a ser letras sin sentido, ni musa ni excusa.
Ni tú, ni ninguna.
Pero y qué, quién necesita un motivo.
Una razón, un arañazo.
Yo, te necesito. Ni cómo ni cuándo, no lo sé.
Quizás lejos o demasiado cerca.
A gritos o a hostias. O a besos tan químicos como corrosivos.
Te seguiré usando, me dejaré usar.
Dulce masoquismo el que me dan tus dedos.
'Herméticamente tú.'
No hay comentarios:
Publicar un comentario