lunes, 28 de noviembre de 2011

No quiero evitar las leyes naturales.

Orgías que unen vozca y myolastan.
Lunas que cambian de color.
Canciones que no te hacen llorar.

Ganas de sentir algo más que dolor.
Suciedad bajo tus pies ensangrentados.
Golpes que causan la fricción de dos cuerpos.

Hormigas inertes que queman el asfalto.
Un mar que te inunda de rabia.
Lo siento, pero no puedo evitarlo.



El dolor que cae sobre estos hombros se ha cansado de moverse. 
Quiere proyectarse.

-¡Lanza una señal y yo iré corriendo! 
-No quiero señales, gracias.


Y se acabó.

1 comentario:

  1. Tal vez lo bello de la ley natural sea la fragilidad de la vida.

    Me conformo con consumirme con cada calada.

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