sábado, 29 de octubre de 2011

Nunca fue tan grande la ansiedad.

Escupo rabia disfrazada de amistad.
El dolor es demasiado punzante como para poder seguir jugando a ser persona.
Me he convertido en un animal.
Los instintos me hacen reptar por las fauces del dolor y el odio, me hace morderte.
Quiero causar daño, quiero hacer sentir lo mismo que mi cuerpo siente.
Sufrir cada lágrima de azufre que me quema el rostro.
Arañarte el corazón y comérmelo.
Puedo odiarte, lo se.
Pero es más divertido tener ese sentimiento rabioso que me hace enloquecer.

Ahora me dedico a ingerir alcohol hasta desfallecer, a intentar olvidarte en cada calada.
Imagino tu muerte, y seguidamente la mía.

Un coche atropellando tu cabeza y las vísceras desperdigadas por la carretera, no se, lo típico.

Llámame loca, esquizofrénica o vengativa. El caso es que quiero sepas quién soy y que puedo llegar a hacer.

Tu habrás podido olvidarme en cuestión de horas, pero voy a hacer que me recuerdes todos lo días de tu larga vida.


Eres el adiós que nunca sabré decir, pero si podré encerrar en un armario con llave y millones de candados durante toda mi vida.

No se que hacer, sólo que no puedo seguir a sí.


me estas matando, niña.

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