jueves, 24 de marzo de 2011

Un nueve de mayo te trajo a mí.


Quizá fue cosa de dos. Quizá debería de arreglarlo. Quizá no tenga ganas ni de mirar un posible futuro. Quizá te eche de menos. Quizá necesite que estés a mi lado. Quizá sienta nostalgia al recordarte. Quizá quiera volver a ser como antes. Quizá debería de dejar de quejarme porque ya no estás. Quizá tendría que pensarme las cosas dos veces. Quizá debería de dejar la bordería de lado. Quizá no debería de haber dicho nada. Solo con un quizá puedo decir demasiadas cosas, pero simplemente se quedarán en suposiciones. Suposiciones de lo que podía haber sido todo, o de como fue para ambos, incluso podría llevar esto en solitario. Ahora ya no estás, me gustaría que lo estuvieras. Se lío todo poco a poco. Y, quizá, ya no quede nada.

Pero te equivocaste pequeña, pero todo el mundo tiene derecho a hacerlo.

Me alegro de haberte enviado ese mensaje al móvil, de quedar contigo aquel frío 12 de noviembre y de todos los demás dias que hemos compartido ese humo que consumimos, mientras pasaba el tiempo de tu mano.

Te quiero.

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