Supongo que ya no vale la pena ni escribirte,
ni mirarte ni hablar contigo.
Ya has dado por sentado que yo tengo la culpa de todo.
Me odias, aceptalo.
Se que ahora mismo desearias que no existiese, que no hubieses trabajado nunca en TePillé, que si fuera así, nada de esto estaria pasando.
Quizás serias feliz, con tus familia y tus normas perfectas.
Con tu marido perfecto ( aunque desayune licor de hierbas y se gaste más de 200 € al mes en tabaco ) y tu pequeña hija perfecta ( mimada y que tendrá más de un problema como los que he tenido yo )
O quizás no, quizás eches de menos a tu atolondrada hija mayor y a sus locuras de adolescente. Sus rachas emocionales y sus lloros continuos.
Sea como sea, al final quién ha decidido como vivir su vida, eres tú...
¿O me equivoco?
Todo el mundo vive como quiere vivir. Toda persona es dueña de si mismo, desde el dia en que nace. Y aún siendo dueños de nosotros mismos, no somos perfectos. Nadie es perfecto. Cada uno tiene unos defectos y unas virtudes. En cada uno está explotar sus virtudes e intentar paliar los defectos. Aún así, no siempre se consigue. Tengo por costumbre no arrepentirme de nada de lo que he hecho, porque siempre me ha motivado mi corazón para tomar todas las decisiones que he tenido que hacer en mi vida. Siempre. Y me he equivocado muchas veces. Pero he aprendido a sacar lo mejor de cada equivocación. Y todo sucede porque tiene que suceder. Lo que siembras, recoges. Antes o después te darás cuenta.
ResponderEliminar